martes, 26 de marzo de 2013

Cerrazón (obligar a la sinrazón a que gane) o claridad (prosperidad hacia la luz):
El fanático se escuda siempre en otro fanático y de él recibe ayuda siempre (por eso es rentable ser fanático); por el contrario, el íntegro en valores se escuda únicamente en la razón o en la verdad, y muchas veces no recibe ninguna ayuda de nadie (así, no tiene jamás rentabilidad, sólo lo mueve lo limpio o el corazón)

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

¡Qué fácil es la CORRUPCIÓN del fanatismo!, vender el alma es facilísimo, siempre lo ha sido.