jueves, 29 de agosto de 2013

El que pone a un país como una marca siempre es peor que un criminal: reduce a millones de seres humanos, o todo lo humano y todos los recursos naturales desde hace miles de años a sólo un negocio.
Sólo a un estúpido o a un criminal se le mete la marca en la cabeza para siempre. Y le pondrá a sus padres y a sus hijos la... marca.

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